Las cifras de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) a enero de 2017 destacaron que los países que registran más patentes son: Suiza, Suecia, Reino Unido, Estados Unidos, Finlandia y Singapur, ya que China y Estados Unidos concentran el 60 por ciento de las patentes del mundo.
En cuanto a México, según el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), el 46 por ciento de las solicitudes de patente provienen de la Ciudad de México, Jalisco y Guanajuato, con 804, 483 y 366 registros. Al año, se registran 112 patentes, según el instituto. Desarrollar los planes de propiedad intelectual es la clave para evitar errores que podrían afectar la valoración futura de una marca. Existen formas de determinar si un producto necesita ser patentado:
Si no existe una patente. Muy a menudo, la idea de crear un producto o servicio podría no ser original. De hecho, hay posibilidades de que alguien ya esté monetizando tu idea. Para evitar perder tu tiempo y dinero, debes realizar una investigación exhaustiva para ver si de hecho inventaste algo que aún no existe.
Cuando tu producto está desarrollado. Si tu idea, concepto o invento se encuentra en una etapa temprana de desarrollo, tu protección no se extenderá a un desarrollo posterior que haga que tu producto sea más útil, y tendrás que desembolsar efectivo para otra ronda de patentes.
Si es comercialmente viable. Es importante asegurarse de que tu idea es viable y que sea probable que se venda antes de pasar por el proceso de obtener una patente. Y es que existen casos de ideas que han fallado en el mercado, con todo y patentes, con miles de dólares invertidos.
Después de calcular el ROI. Al tratarse de un aspecto legal, una marca debe patentar un producto porque obtendrá más protección, ya que cualquier ganancia tendrá un retorno, además, cualquier lanzamiento dependerá del éxito que pueda obtener, dependiendo el mercado y las necesidades que cubra.