México, D.F.-. En la pelea por ganar la preferencia del consumidor, las marcas emplean innumerables técnicas para impulsar su presencia y peso en un mercado cada vez más competitivo.
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Desde el diseño de comunicación para medios alternativos y la incursión en nuevos mercados, hasta los ataques directos a la competencia y la compra de pequeñas empresas que en un futuro podrían ser grandes rivales, las estrategias de mercado cada vez son más extensas y variadas.
No obstante, en este camino que cada vez es más complejo, cada paso dado por las marcas debe tener detrás un análisis profundo de los resultados e impactos tanto positivos como negativos que como resultado se pueden obtener.
En este sentido, enumeramos cuatro estrategias que a primera vista figuran como una técnica efectiva para mejorar el posicionamiento de la marca, pero que en realidad sólo terminan por perjudicar la imagen de la misma frente a un consumidor cada vez más informado, exigente e impaciente:
1.-Elogiar a la marca
Al estar detrás de una marca, nos gustaría que esta fuera identificada con frases como “líder en la industria”, “la más innovadora” o “única en su clase” y un error común es incluir este tipo de adjetivos en cada uno de los mensajes que la misma genera.
Sin embargo, desde la visión de los consumidores, cuando se utiliza esta técnica es síntoma de que algo no anda bien: ¿Por qué la marca tiene la necesidad de alabarse a si misma? ¿No tiene clientes realmente satisfechos que lo hagan por ella?
Cuando las estrategias son correctas y tienen impactos verdaderos entre sus públicos objetivos -y en consecuencia dentro de su negocio- recurrir a este tipo de acciones no es necesario ya que la validez es otorgada por agentes externos a la marca.
2.-Promesas y más promesas
Construir la imagen de un producto que figura como único y prometedor dentro de su industria es una de las estrategias más utilizadas para conseguir que una marca se diferencie de su competencia y sea relevante dentro del mercado. El problema está cuando las palabras se quedan en promesas y en una simple estrategia de comunicación.
La idea es prometer aquello que se puede cumplir y entregar experiencias que cumplan las expectativas que las propias marcas generan entre sus consumidores.
3.-Muchas marcas, poco enfoque
Cuando una marca alcanza el éxito, es fácil caer en la idea errónea de que el mejor paso que se puede dar es lanzar una o dos marcas más con la misma orientación y pequeños cambios en su oferta, aunque la realidad es que esto no sólo restará valor a la propuesta inicial sino que implicará esfuerzos que poco retribuirán al crecimiento global de la empresa, si se considera que se sigue atacando al mismo nicho de mercado. La recomendación cuando se decide lanzar una marca nueva, es que esta intente llegar a un mercado totalmente diferente.
4.-Rebranding como salida
Cuando una marca es percibida por los clientes de forma negativa, una de las acciones es apostar por el rediseño total de su imagen. Sin embargo, es importe entender que este problema no radica en la apariencia del logo, el nombre o los colores con los que se busca identificar a una firma comercial. El centro de la crisis puede estar en un producto de mala calidad o bien un mal servicio al cliente, situaciones que no se solucionan con una estrategia de rebranding. Cuando no se atacan los problemas de fondo y sólo se destinan recursos para cambiar el look de la marca, se hacen más evidentes los problemas que la misma tiene, con lo que la crisis se puede acrecentar y tomar dimensiones incontrolables.