El 59 por ciento de los consumidores online a nivel mundial recomienda a amigos y conocidos una marca o personaje si confía en ella, según Edelman. La confianza genera el 40 por ciento de las decisiones de compra, en donde el branding se ubica como el principal trust driver entre el 63 por ciento de los consumidores.
Pero ¿cómo hacer que el consumidor confíe en la marca?, más aún, que la conozca y tenga en mente. El proceso para lograrlo es por demás complicado; sin embargo, existen por lo menos cuatro elementos indispensables para definir la identidad correcta, que derive en el éxito de la marca.
Nombre. Además de la lógica identificación de la marca, el nombre ayuda a comunicar su promesa y personalidad, por ello, se debe buscar que sea simple, memorable y distintivo.
Color. El ser humano registra el color antes que las palabras y los números. Así, la meta ideal es apropiarse de un tono en la categoría de la marca, para que el consumidor la recuerde sobre otra y concluya algo como “compré la verde”.
Símbolo. Va más allá de identificar a la marca, logra captar su beneficio emocional, conforma un lazo con el branding.
Personalidad. Debe existir un elemento que defina lo que se quiere transmitir con la marca, un signo de admiración, interrogación, una coma; en fin, un elemento que exprese algo distintivo de la competencia.
Esta parte del branding puede ser el elemento clave entre lograr el éxito de la marca en un mercado cada vez con mayores opciones en una misma categoría.
Una reciente investigación firmada por Harvard Business Review indica que los clientes conectados emocionalmente con sus marcas son entre 25 y 100 por ciento más valiosos al hablar de rentabilidad que aquellos que simplemente se dicen satisfechos.
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