Según el New York Times, el éxito profesional no requiere solo de una buena actitud y ser proactivo para lograr metas, sino en estar en el lugar y momento adecuado, en un empleo que esté diseñado para que la personalidad del empleado logre alcanzar metas y desbloquear retos.

De acuerdo con Forbes, aspectos como dañar tu imagen personal en redes sociales, no proyectarte lo suficiente, publicaciones ofensivas en redes sociales, un currículum vitae desorganizado, o hablar mal de antiguos jefes son los ingredientes principales para alejar a cualquier representante de recursos humanos de cualquier compañía.

No obstante, cuando el candidato cumple los requisitos, no significa que sea el empleo indicado para su personalidad. Según CNBC, existen algunas señales de advertencia para cualquier profesional de que su personalidad podría no ser la más adecuada para su actual trabajo, entre las que destacan:

Apoyo. Según parece, los jefes o compañeros laborales creen que el aludido es “demasiado rígido” o muy “inflexible”, lo cual significa que su actual empleo no respeta su deseo de ejecutar un plan, sino todo lo contrario, es penalizado por ofrecer proyectos extras aunque descuide los actuales labores “por accidente”. Para analistas, ese tipo de empleos tienen un guión, el cual exigen a sus empleados cumplir, por lo que una acción distinta será vista como “un plan que no funciona”, pero para el empleado, serán planes que podrá ejecutar en algún otro empleo.

Preguntador. Compañías o corporaciones donde suele reinar el silencio, suelen ser las primeras en señalar a un trabajador cuando éste realiza “demasiadas preguntas”, como tratándose de justificar o descalificar e incentivando a que guarde silencio. El empleado verá una alerta roja si recibe respuestas como “siempre lo hemos hecho de esta manera”, “soy tu jefe y esto es lo que digo”, “solo apégate al programa”, respuestas que irritarían a cualquiera, lo cual será una invitación para que busque otro empleo.

Rebeldía. Existen personas de carácter rebelde, contestatarias, las cuales buscan aportar y cuestionar en todo momento, por lo que tener la percepción contraria significará que intentan ejercer algún tipo de control o que le “estén diciendo qué hacer”, además de que se sentirá menos cómodo. Lo ideal para tratar a esas personalidades es dar libertad de elección y de propuesta.