“El que peca y reza, empata” es una de las más simpáticas expresiones populares que en México tristemente se usan para describir con todo cinismo la doble moral a la que suelen ligarse los estratos de la sociedad más conservadores y que gracias a varios eventos recientes, dentro de esa atmósfera se ha dilapidado “el valor de marca” de uno de los partidos políticos más importantes del país.

Notas relacionadas:
3 reflexiones para no repetirlas en tus empresas 
3 prometedores datos sobre el futuro del diseño
Un mejor mexicano: la deseada próxima tendencia

El Partido Acción Nacional durante años se ha identificado, desde su fundación, como uno de los institutos políticos vinculados a “la buena moral, la decencia y las buenas costumbres”.

De inspiración cristiana y con tendencias a la economía política de la derecha, así como para favorecer los intereses de los empresarios, los integrantes de Acción Nacional siempre abanderaron elevados valores, y sí, en algunos casos vinculados peligrosamente a ciertas manifestaciones que coquetean con una suerte fascismo light.

Sin embargo, en el curso de los pasados meses, se ha sorprendido a varios notables del partido en eventos que sin duda muestran una seria crisis de gestión de identidad.

¿Por qué es importante la gestión de identidad? Porque a través de sus técnicas se asegura que las Ideas, las Normas y los Valores de la institución (las empresas o las marcas), se comuniquen con eficiencia a través de las generaciones y con el propósito de que los nuevos integrantes los conozcan y salvaguarden la cultura interna.

Por supuesto, tampoco este partido político está exento de que a sus filas se vincule gente de bajísimo nivel profesional (o ético) o que accedan a posiciones de liderazgo una buena cantidad de oportunistas que a la primera provocación “enseñan el cobre”.

Seguro ya le queda claro a una buena parte de los militantes de PAN, que es urgente implementar un programa de manejo de crisis y enseguida realizar una revisión de su gestión de identidad, derivado de los hechos que brevemente relataremos, pero que ya todos conocen.

1. El racismo y prejuicios de clase
Gracias a la honestísima y espontánea expresión vertida en redes sociales por parte del ex secretario de Desarrollo Social de Querétaro, Carlos Manuel Treviño, en contra del astro brasileño de futbol, Ronaldo de Asis Moreira, la gente se ha percatado de que los prejuicios de clase y el racismo son aún una constante preocupante que aún existe en México y que tienen un tronco común cercano a otras expresiones de intolerancia.

Por supuesto que a pesar de las “obligadas” disculpas ya emitidas por Treviño, el daño a la imagen del partido está hecha y la CONAPRED, ya analiza el caso. Y aunque algunos de los dirigentes de Acción Nacional hayan hablado incluso de desafiliación, la pregunta es ¿cuántos de sus militantes simpatizan (de closet) con esa clase de expresiones entre las que se deben encontrar palabras como “indio, naco y son pobres porque quieren”? Como sea, todos esos grupos no le deben ser convenientes a una organización proclive a abrazar los valores del cristianismo.

2. Prepotencia ramplona
Sobre la misma base de argumentos cercanos a los valores cristianos, cuando Sergio Eguren Cornejo y Rafael Medina Pederzini, ambos funcionarios de la delegación Benito Juárez del DF, agredieron a una pareja a la salida del juego mundialista en el que México fue eliminado por Holanda, pues claro que no existe un comportamiento congruente con esos principios y sobre el cual dudo que los fundadores de Acción Nacional podrían estar orgullosos.

Así, con ese clásico comportamiento de “mirrey” en antro de mala muerte, se enseña la cultura sobre la que esta clase de nuevos políticos han sido educados, quienes con absoluta prepotencia asumieron que gracias a sus contactos políticos, estarían por encima de la ley en otro país. Bonito palmo de narices se han llevado.

3. Incongruencia entre lo que se predica y se hace
Finalmente, si la dirigencia del partido es sorprendida en un video en el que se muestra a varios diputados federales del PAN, en donde se les observa acompañados de “bailarinas”, pues poco se podría esperar del resto de la militancia en términos de congruencia entre Ideas, Normas, Valores y hechos, evento con el que difícilmente podrán volver a cuestionar moralmente y con solvencia a nadie.

Más se valora en México a uno que acepta que es cabrón y así se comporta, a uno que se dice digno y en realidad no lo es. Así que este grupo de diputados le han dado a sus opositores los mejores argumentos cuando se tengan que poner a debatir sobre temas como legalización de drogas o el reconocimiento de derechos fundamentales para las madres solteras o para la comunidad lésbico-gay.

Y sí, el evento en Puerto Vallarta, el de las “edecanes” le provocó a Luis Alberto Villarreal, ex coordinador parlamentario del partido, la entrega prematura de su mandato. Pero más allá de las consecuencias políticas y laborales, será muy interesante observar el impacto electoral que tendrán esta serie de eventos en cascada, durante las elecciones del próximo año, y cómo el partido intentará revertir el daño a su imagen.