La temporada 3 de “The Mandalorian” ha concluido, pero el amor a Grogu o Baby Yoda, como se le conoce popularmente, no. Al contrario, la temporada ha incrementado el cariño al pequeño ser de color verde y orejas puntiagudas que adquirió un rol más activo y con ello le sumó puntos a su encanto. Estas son las tres razones estratégicas por las cuáles es tan popular:
Instintos protectores
Grogu, como un ente pequeño de la misma especie de Yoda, despierta por su tamaño, dinámica y actitud, instintos protectores. Al verlo uno no puede más que ver lo “lindo” que es y querer cuidarlo, cargarlo y demás, como sucede con cualquier bebé. Es un instinto.
En un estudio de 2009 la Melanie Glocker documento a través de entrevistas y de escaneos cerebrales cómo las fotos de niños pequeños activan el “nucleus accumbens”, una región vinculada con la anticipación de un reconocimiento o premio. Dicho sistema forma parte de un circuito neuronal que controla lo que los científicos llaman un “mecanismo innato de liberación” y que se asocia con la recompensa y satisfacción automática de cuidar y procurar a un ser que se percibe como indefenso, amén de contribuir a la permanencia de la especia. Sí, Baby Yoda podrá no ser humano, pero el instinto existe y eso explica, en gran medida porque el peluche, por ejemplo, es tan popular.
El esquema Kindchen
Conocido como kindchenschema, alemán para “forma infantil” ha documentado que existen ciertos rasgos (ojos redondos, una barbilla pequeña, una cabeza relativamente mayor al resto del cuerpo) que inmediatamente nos remiten de manera inconsciente a un bebé. El concepto existe desde 1943 cuando el zoólogo Konrad Lorenz quién mostró como existe en todas las especies. El modelo ha sido replicado y utilizado en muchos grandes personajes que despiertan sentimientos similares a las crías o bebés de una especia. Por ejemplo, están Hello Kitty, Pikachú y, en cierta forma, hasta los minions. Baby Yoda sin duda cumple con los elementos, a los que se suman las reacciones y movimientos del personaje, siendo pequeños también y percibiéndose como espontáneos.
Instintos pasivo-agresivos
La reacción típica al ver algo lindo es el decir o, al menos sentir ese “awww”. Para algunas personas ello puede venir de un instinto de ataque (de morder a abrazar fuertemente que resulta en aquello de “es tan lindo que quiero morderlo). Desde luego, es algo metafórico y juguetón, pero a ese deseo de “lastimar” a algo por lo que se siente ternura de hecho se le conoce como “cute agresión” (agresión linda).