Este es un fenómeno en constante crecimiento, por el que las empresas, grandes y pequeñas, tienen algún tipo de presencia en las redes sociales.
Las marcas trabajan incesantemente en las redes sociales para cultivar una audiencia leal y conectada. Las redes sociales son ahora una parte integral de las relaciones públicas y la comercialización de las marcas. Pero, poco se sabe sobre quién lidera esas empresas.
Las redes sociales brindan a las empresas la capacidad de mostrar personalidad y emoción a través de sus contenidos. En lugar de compartir comunicados de prensa e informes trimestrales, las marcas pueden valerse de plataformas como Twitter, Facebook o Instagram para transmitir eventos en vivo, dar una mirada a su cultura organizacional e incluso compartir información de la industria desde los puntos de vista de sus empleados. La llamada C-suite hace lo mismo en el contexto del liderazgo de la empresa y con ello contribuye a humanizar la marca.
Las compañías están conscientes de que se debe poner el mismo esfuerzo en el posicionamiento de sus ejecutivos y esto se está dando ya. De acuerdo una encuesta de la Junta Ejecutiva de JPMorgan Chase, el 88 por ciento de los líderes empresariales indican que usan las redes sociales. De acuerdo a la encuesta, las tres razones principales por las que las utilizan son: como herramienta de marketing, networking y reclutamiento.
El estudio reveló que el 84 por ciento de estos ejecutivos, utiliza las redes para generar conocimiento de marca, en segundo orden para marketing de producto, seguido de publicidad y promoción, construir lealtad y generar leads.
Si bien estos números muestran un progreso notable, es cierto que aún existen muchos ejecutivos “tímidos” en cuanto a su presencia en redes, que ven más riesgos que beneficios o que declaran que no tienen tiempo para ello.
Aquí planteamos cuatro argumentos para posicionar a los ejecutivos en las redes sociales y derribar así la barrera de un corporativo sin rostro, para construir uno con un carácter auténtico y liderazgo de pensamiento.
- Definir con claridad el propósito. La mayoría de los ejecutivos optan por participar en las redes sociales para establecer una presencia de liderazgo intelectual dentro de su industria, como una oportunidad para promocionar a su empresa o para destacar sus esfuerzos filantrópicos. Esta debe ser una decisión estratégica, ya que determinará el tipo de contenido para conectar con la audiencia.
Definido el propósito, toca construir la narrativa. Al igual que una narrativa comercial (con la que se deberá de estar alineado), esta debe incluir una temática general, los pilares de la marca, mensajes clave y datos duros.
- Establecer una “marca” ejecutiva. Comenzar determinando el tono del contenido. ¿Será serio o divertido? ¿Usar un lenguaje casual o formal? Sea cual sea el enfoque que se adopte, lo recomendable es desarrollar un estilo coherente, que contribuya a que el contenido sea personal, agradable, digno de confianza y creíble. Al final del día, un esfuerzo ejecutivo en redes sociales fracasará si se siente corporativo.
- Determinar el contenido. Al igual que con las marcas, el contenido ejecutivo debe crearse para inspirar, educar o entretener a la audiencia. Aunque el principal objetivo sea promover el negocio, el 80 por ciento del discurso debe dedicarse a servir a la audiencia y el resto para servir directamente al negocio. Las activaciones y estímulos son para la página corporativa, de cualquier forma, lo que diga el directivo apoyará indirectamente el negocio.
El posicionamiento ejecutivo y las publicaciones en las redes sociales deben desafiar el status quo, ofrecer puntos de vista audaces y abrir un diálogo con los seguidores haciendo preguntas y respondiendo a los comentarios.
- Ser constante y medir resultados. Se debe mantener una cadencia y medir cada publicación, buscando así identificar aquellas que tienen mayor impacto o interés para la audiencia.
Estas son algunas formas efectivas de hacer que los ejecutivos de alto nivel aporten en redes sociales, en beneficio de una estrategia general, para influir en la conversación, darle transparencia a la empresa, destacar el talento en beneficio de la reputación corporativa, contribuir al posicionamiento de la marca y convertirse en el referente de su industria.
