Las marcas están apostando a la sustentabilidad como una estrategia de marketing que entre los consumidores está generando una respuesta muy importante, pues un alto porcentaje de ellos está dispuesto a pagar más por marcas que cumplan con la promesa de no contaminar.
Prueba de esto último lo ofreció un estudio de Nielsen publicado en 2014, donde el 63 por ciento de consumidores en Latinoamérica dijo que estaría dispuesto a pagar más por marcas comprometidas en reducir su impacto ambiental.
La relación que guardan las marcas con los consumidores a través de estrategias en las que está involucrada la sustentabilidad de sus procesos y productos, es un elemento que debe de estar nutrido de la garantía con cumplir esta promesa, además de ser una apuesta totalmente clara y empática, en la que se sumen a consumidores en la ejecución de estrategias dispuestas a crear un cambio.
Lo anterior motivó a la cadena de fashion retail H&M, a colaborar con la youtuber Shirley B. Eniang, para llevar a cabo la campaña #HMrehaul x #WorldRecycleWeek.
En esta campaña el objetivo fue motivar la donación de ropa usada, que fue seleccionaba entre las prendas que todavía servían para ser vendidas en tiendas de segunda mano y a las que solo quedaba ser recicladas.
La segunda campaña de sustentabilidad fue lanzada por PepsiCo, con la estrategia nombrada PepsiCo Recycling – Give Recycling 100 percent, donde pide que se apoye con el reciclaje de sus botellas de plástico.
Una tercera campaña fue lanzada por Tide con un concepto que no solo motivó una cultura de la sustentabilidad, comprometió su detergente, packaging y el proceso que conlleva la producción de ambos, para cumplir con normas que garanticen la reducción en el impacto ambiental que generan.
Este nuevo contexto comercial, donde el menor impacto ambiental determina la mayor preferencia del consumidor, está respondiendo a estilos de vida cada vez más interesados en patrones de consumo que ayuden a una menor contaminación, determinando una estrategia ganadora en marketing y consumo.