El reto para las marcas y para sus estrategias de marketing será construir productos ecológicos que logren llegar a las masas y sustituir por completo los métodos tradicionales de producción que tienden a contaminar. Esta transición ha comenzado a acelerar el paso, y las marcas que adquieren un compromiso con el medio ambiente podrían estar mejor paradas que las marcas ajenas a esta tendencia.
1.- Son más caros
Los productos que pueden entrar dentro de la categoría de ecológicos tienden a ser más caros, ya que por ejemplo, si se elimina la utilización de ciertos procesos industriales, la manufactura artesanal conlleva un mayor trabajo, mayor tiempo de producción, y como consiguiente, el precio se infla comparado con productos de manufactura masiva.
2.- Son difíciles de conseguir
Un producto que represente un factor ecológico también puede ser más difícil de conseguir, debido a que hasta ahora estos productos van dirigidos a un nicho de mercado reducido, por ejemplo, en el caso de papel reciclado, este se encuentra disponible en un menor número de retailers, generalmente sólo en tiendas especializadas, por lo que su adquisición representa un esfuerzo extra comparado con el papel común y corriente.
3.- Pueden ser menos resistentes
En algunos casos los productos reciclados pueden resultar menos resistentes que sus contrapartes, por ejemplo, en el caso de las bolsas de plástico. Otro ejemplo podría identificarse en el sector de alimentos, donde la ausencia de pesticidas y conservadores puede beneficiar a la salud pero puede complicar las cosas en cuestión de logística, almacenamiento y venta de alimentos.