Todas las veces en las que se ha escuchado, dicho o repetido, que la millonaria industria farmacéutica vive de crear tratamientos, no curas, dejan en el consumidor la sensación de ser una víctima indefensa de la mayor estafa mercadotécnica y política de la historia.
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No obstante, justo sea dicho, esta clase de “atmósferas complotistas”, por verosímiles que puedan ser, como resultado del análisis quedan más en la esfera de la ficción, debido a la improbable coordinación que pudiera existir entre gobiernos, asociaciones internacionales, empresas y científicos, como si entre todos pudieran aislar y archivar la posible cura contra el cáncer, la esclerosis múltiple o el SIDA, con el único fin de mantener a un mercado cautivo.
Para dimensionar el disparate que implicaría un engaño de esas proporciones, sólo hay que imaginar la cantidad de presupuesto que los gobiernos necesitan para invertir cada año en la salud pública de la población.
Y aunque exista la posibilidad de que algún funcionario o político se beneficie de un negocio corrupto, la cuenta más positiva para el gobierno de cualquier país sería gastar lo menos posible en garantías básicas, como la salud, para mejor destinar esos presupuestos a sectores que impulsen el crecimiento y la calidad de la vida de la población. Pero esto no pasa.
Durante agosto del 2013, El Economista en México, publicó una nota en la que se explica que América Latina participa con un 8% de la población y del PIB mundial, pero sólo con el 6% del gasto en salud y en medicamentos, lo cual quiere decir que su crecimiento poblacional y económico no es paralelo a la satisfacción de sus necesidades de salud.
Más adelante se documenta que a pesar de que en la región la industria farma se apoya en el gasto de la clase media (a diferencia de Europa, que se centra en los sistemas de salud pública), el crecimiento de la industria es uno de los más dinámicos en el mundo, de casi el 16% durante 2013 respecto del 2012.
Estas cifras lo que expresan es que en América Latina existe una creciente demanda de medicamentos que deriva del lógico avance demográfico, el cual no corresponde al avance de la economía. En resumen, otorgar sólo tratamientos y no curas para los países latinoamericanos (o para cualquier país) es un muy mal negocio para sus gobiernos y sus sistemas de salud pública, que cada día se saturan más, lo que además deriva también en la reducción de sus niveles de calidad.
Por todo lo anterior, y como este espacio trata de tendencias, se presentan a continuación tres recientes hallazgo en materia de salud que pueden cambiar el mercado farmacéutico, de la salud y la cura de enfermedades para siempre:
Cosecha de células madre desde la sangre
Un grupo de científicos japoneses descubrieron que se pueden producir células madre tras sumergir células de la sangre en un entorno ácido.
El avance, hecho público en BBC News trata del experimento conducido por la doctora Haruko Obokata, del Centro Riken de Biología para el Desarrollo, quien ha tenido éxito con dicho protocolo.
Si los mismos resultados se mantienen sobre células humanas, ya que la fase experimental de Obokata se ha conducido con roedores, el potencial para su uso terapéutico es invaluable, debido a que la importancia de las células madre es que pueden convertirse en cualquier tipo de célula, por lo que su poder para la regeneración de tejidos es muy prometedor.
Así, de confirmarse este proyecto en los experimentos con humanos, se marcaría una nuevo hito en la medicina, ya que daría inicio la era de la medicina personalizada, y la terapia con células madre sería más rápida, más barata y posiblemente más segura que otras tecnologías de reprogramación celular.
Hoy científicos alrededor del mundo experimentan terapias con células madre para la cura de los ojos, corazón, contra el cancer y otro tipo de padecimientos.
El fin de la metástasis
La metástasis de las células cancerígenas ha sido detenida con éxito por un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Diego.
El descubrimiento que fue divulgado por David D. Schlaepfer, líder del equipo científico, consiste en la identificación de una proteína ligada al crecimiento de los tumores y de su supervivencia en los vasos sanguíneos circundantes, lo que provoca su diseminación vía sanguínea.
Así, los estudios han demostrado que la inhibición farmacológica o genética de la proteína endotelial quinasa de adhesión focal, obstaculiza la metástasis tumoral y las alteraciones en el tamaño de un tumor.
Este dato, que fue difundido a través del diario español ABC, de ser confirmado por otros estudios, significa un paso gigantesco en la lucha contra el cáncer.
Reviven riñones muertos
La enorme cantidad de personas en el mundo que están a la espera de un transplante de riñón, con todas las implicaciones que acarrea en cuanto al desgaste emocional, familiar y financiero, podría llegar a su fin ya que científicos del Hospital General de Massachusetts en Boston han rehabilitado un riñón muerto mediante bio-ingeniería.
En Nature Medicine se aborda el trabajo de estos científicos, del cual forma parte Harald Ott, instructor de cirugía en el Hospital de Massachusetts.
Ott explica que el protocolo consiste en lavar las células nativas del órgano muerto con una solución jabonosa, lo que deja tras de sí una masa natural de proteínas estructurales que puede ser repoblada con células madre provenientes del paciente.
Luego, el órgano se coloca en cámaras que simulan las funciones del cuerpo, incluidos el suministro de oxígeno y nutrientes. Después de unos días, el tejido se torna funcional y los riñones de prueba comienzan a producir orina. En su mas reciente informe, declaran que con el transplante en ratas se ha logrado la producción de orina en animales vivos.
