Santiago, Chile.- Ser jefe es más que dar órdenes. De hecho, el tiempo de los jefes ya pasó, estamos en época de líderes, de gente que guía a su equipo y encuentra un equilibrio entre habilidades duras y blandas, para actuar de forma ecuánime y tener éxito en tu gestión. Porque la única forma de éxito se basa en saber mantener al grupo trabajando en pos de un mismo objetivo, lo que no es fácil, sobre todo si en la industria en la que éste se desempeña, el ego de los colaboradores juega una parte importante.
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Deseos de aprender. Si has llegado a la jefatura, es probable que hayas hecho méritos durante bastante tiempo y, por supuesto, tengas muchas capacidades útiles para la empresa. Sin embargo, llegar a la cima (o al primer tramo) no significa sentarse en los laureles. Tener deseos de aprender de cada cosa y de cada persona, es un motor importante para avanzar y ser respetado como jefe. Esto también implica ser flexible y ampliar la mirada para ver más allá de lo habitual.
Filtrar comentarios malintencionados. Mientras más poder tengas, es probable que recibas más comentarios malintencionados. Que alguien habló de ti, que otro hizo mal el trabajo, que tal persona te está pasando “gato por liebre” (dicho que, en Chile al menos, significa que te quieren engañar), son opiniones que intentan dejar mal a alguien, por lo general para demostrar lealtad, de mala forma por cierto o simplemente para destacar, destruyendo a otro. Si eres capaz de filtrar esos comentarios y afinar tu intuición con la gente, serás respetado como jefe.
Pedir disculpas cuando corresponde. Demás está decir que pedir disculpas, cuando te equivocas y te das cuenta (a veces ni siquiera somos conscientes de una equivocación o un juicio que hace daño), sólo te hará más grande y respetado como jefe.