La industria del cine vive una especie de “época de oro” sobre todo en Estados Unidos, principalmente gracias a ofertas protagonizadas por superhéroes, como en el caso de Avengers: Infinity War.

Sin embargo, otra cinta que ha llamado particularmente la atención dentro de los estrenos más recientes son Los Increíbles 2.

La última película de Pixar y Disney ha superado los mil millones de dólares en taquilla. La producción acumula 574 millones de dólares en Estados Unidos y 430 millones en el resto del mundo, para mil 4 millones de dólares en total.

Así, se convirtió en la séptima película de animación que consigue superar la barrera de los mil millones (la quinta por parte de Disney, tras Frozen, Toy Story 3, Buscando a Dory y Zootopia) y se une a Black Panther y Avengers: Infinity War. La cuarta, esta de Universal Pictures, fue Jurassic World: The Fallen Kingdom.

En mercadotecnia se entiende el éxito de la película, por cuatro claves detectadas como un impulso inminente del contenido en la industria del cine:

Mercado bien delimitado. Brad Bird, confirmó que dicha cinta en efecto no es una película para menores, luego de que un usuario le indicó en Twitter: “Me encantó Los Increíbles 2, pero de verdad, ¿por qué las palabrotas, Brad Bird? Probablemente no pagaría por ella ahora. Esa es la única cosa decepcionante de la película. No creo que sea apropiada y yo no tendría que filtrar películas para niños”, escribió @MonkeyTigerHead. Es decir, indicó que no es para niños pequeños, sino entrando en la adolescencia, un argumento infalible respecto a las críticas por el contenido, algo que en mercadotecnia se debe tener muy. presente.

Equidad de género. El personaje protagónico, Elastic Girl, se tiene que marchar de casa para combatir el crimen, mientras que Mr. Increíble tiene que encargarse de las labores domésticas. En plena era en la que las mujeres reivindican con más fuerza que nunca la equidad social, un punto clave para que la sociedad se identifique con el contenido y haya conseguido el éxito en taquilla.

Responsabilidad social. A diferencia de otras estrategias que han optado por la comicidad para concientizar sobre los roles de género sin éxito, en la cinta no se hace una parodia de esto, sino se introduce el conflicto desde un compromiso total, lo que genera un vínculo más estrecho con el espectador.