Lise Kingo, CEO y Directora Ejecutiva del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, publicó recientemente un artículo en GreenBiz, en el cual invita a “una seria reflexión sobre cuestiones importantes y existenciales” para responder a las preguntas que muchos estamos haciéndonos en el contexto de la pandemia que padecemos: ¿cómo superaremos esto y cómo será el mundo después de la COVID-19?
Lise Kingo piensa que la pandemia del COVID-19 es un “simulacro de incendio” para los futuros desafíos globales como la emergencia climática y otros asuntos críticos en materia de sostenibilidad.
Lo que queda claro a la luz de la trágica situación que vivimos es que, nos guste o no, estamos completamente interconectados y somos totalmente interdependientes y que, sin solidaridad, especialmente con los más vulnerables, todos perderemos. Nadie ha quedado al margen de la pandemia, lo que ilustra de manera muy concreta e inmediata cómo los desafíos mundiales como el cambio climático o la desigualdad entre los géneros nos afectarán a todos, aunque parezcan menos concretos o apremiantes en este momento.
Lise cita en su artículo al filósofo danés Søren Kierkegaard, quien dijo: «La vida sólo puede entenderse mirando hacia atrás, pero debe vivirse hacia adelante». Es más fácil entender lo que realmente sucedió cuando ha pasado suficiente tiempo para procesar la realidad de cómo esta pandemia ha afectado al mundo. Pero no tenemos ese tiempo ahora. Tenemos que encontrar rápidamente un entendimiento común sobre la situación actual y acordar las medidas colectivas que debemos tomar hoy.
La pandemia de la COVID-19 ha dado a los seres humanos importantes lecciones. Una de ellas es que estamos interconectados y somos interdependientes los unos de los otros en formas en las que nunca nos habíamos planteado. Otra, es que la salud y el bienestar de uno mismo depende de la salud y el bienestar de todos, y el mismo principio se aplica en todo el mundo, más allá de fronteras y regiones. De hecho, nuestra salud colectiva define la salud de las empresas y las economías dentro y a través de las naciones.
Se ha generado una nueva conciencia, que a decir de Kingo “ha dado lugar a un sentido de solidaridad e interdependencia que particularmente me ha conmovido. Claramente, se ha puesto de manifiesto que nos preocupamos los unos por los otros”.
Esto es evidente en el hecho de que mientras que muchos de nosotros trabajamos desde casa, muchos otros siguen saliendo al mundo para desempeñar trabajos esenciales que van desde cuidar de los enfermos hasta la distribución de alimentos, pasando por muchos otros servicios imprescindibles. Estos trabajadores se aseguran de que nuestras sociedades sigan funcionando durante el confinamiento, poniéndose a sí mismos y a sus familias en un riesgo significativo. Es un imperativo que todos nos unamos para pensar creativamente en cómo abordar los problemas urgentes y, simultáneamente, a planear una recuperación que nos lleve hacia un mundo más inclusivo y justo después de la COVID-19.
Las secuelas más importantes de la pandemia, además del imborrable número de víctimas mortales, que ya se acerca a las 400 mil, la mayoría de ellas de los grupos más vulnerables, es el desempleo. La OIT ha estimado que podrían perderse hasta 25 millones de puestos de trabajo en todo el mundo como resultado de la crisis.
El Pacto Mundial de las Naciones Unidas lanzó recientemente un llamado especial «#UnitingBusiness to respond to COVID-19», en el que se pide a todas las empresas que adopten medidas colectivas para frenar la pandemia y se mantengan unidas para facilitar una rápida recuperación mediante la aplicación de los Diez Principios de la ONU en las esferas de los derechos humanos, el trabajo, el medio ambiente y la lucha contra la corrupción.
El mundo después de COVID-19 se definirá por las acciones que se tomen hoy. Lise Kingo invita a que “trabajemos juntos en solidaridad para asegurarnos de que nadie se quede atrás en línea con lo dictado en la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sólo si nos unimos y fomentamos un enfoque de multi-stakeholder”, podremos hacer retroceder una crisis mundial como la de COVID-19”.