Esta semana Barack Obama generó empatía, críticas y mucho engagement en redes sociales al llorar en su anuncio de control de armas, pero todo indica que su campaña de marketing político para su último año tiene mucho que ver con Hollywood y el estrellato en la red.
De acuerdo con datos de Gallup, cuando comenzó la administración de Barack Obama su aceptación por parte de los estadounidenses era del 66 por ciento. A partir de entonces a tenido altibajos y en noviembre de 2015 su popularidad positiva era del 47 por ciento.
Obama se ha caracterizado por tratar de mantener una imagen agradable y para eso se ha apoyado en la cultura popular, especialmente en la internet y con más fuerza durante su segundo mandato.
En marzo de 2014 participó en el programa Between Two Ferns, del comediante Zach Galifianakis en el sitio Funny Or Die. En abril del año pasado dio un discurso cómico durante la cena con los corresponsales de la prensa en la Casa Blanca.
Todo indica que el político espera que su último año al frente del gobierno de Estados Unidos también sea muy mediático. Hace un par de días se estrenó un episodio de la serie web Comedians in Cars Getting Coffee, en el que Obama pasea en un Corvette con Jerry Seinfeld.
Esta semana se dio a conocer la imagen promocional del evento conocido como State of the Union, una especie de informe anual de gobierno, en el que el presidente se arregla y sonríe con una imagen que pueden envidiar muchas estrellas de Hollywood.
This is it—President Obama’s final #SOTU. Say you’ll be watching: https://t.co/W8niWpEVnX pic.twitter.com/NmLWydsePO
— Barack Obama (@BarackObama) January 4, 2016
Pero el protagonismo mediático de la Casa Blanca no es exclusivo del Presidente, también la primera dama Michelle Obama ha participado en clips graciosos que cobran viralidad en la red. El caso más reciente es el del rap para que los jóvenes vayan a la universidad que hizo con College Humor.
Lo que es casi un hecho es que el próximo presidente, o presidenta, de Estados Unidos tendrá la difícil tarea de superar la popularidad del Barack Obama, algo que se ve difícil para los punteros, Hillary Clinton y Donald Trump, debido a las campañas de marketing político que se han enfocado en polarizar a la población en liberales y conservadores.
