Despedimos el 2015 con grandes trends que nos enseñan cómo consumimos información en este siglo. Google ha lanzado su resumen en video de las principales búsquedas del año en donde destacan temas humanitarios y causas ¿será que somos una especie cada vez más evolucionada? Creo que sí.
El primer augurio para este inicio de año es el fin de las vacaciones, triste pero cierto, el 4 de enero volveremos a la realidad laboral, con ello hay que retomar todo lo que se quedó pendiente y “sacar al buey de la barranca”. A propósito, no soy de las personas que hace propósitos, pero si creo que empezar con diferentes hábitos ayuda a tener diferentes resultados.
Así que me les dejo tres reflexiones para finalizar el año:
1. El mejor de los propósitos
Si el objetivo es mejorar, piensa bien en tus rutinas diarias, casi siempre el estrés es ocasionado por la desorganización, y la desorganización por pequeños hábitos que nos resistimos a dejar, como no agregar una cita en la agenda y después entrar en pánico por organizar la logística el mismo día. Si ya estamos en esta era tecnológica sugiero hacer propósitos prácticos que optimizan tiempo. Cada ajuste que hagas en la gestión de tu tiempo tendrá impacto en tu percepción de tu calidad de vida, en mi opinión integrar el trabajo y disfrutar de tiempo libre es el mejor de todos los propósitos.
2. Para los que generamos ideas y contenidos
Lo que siempre se dice y casi siempre se olvida: No olvides a tu target. El mantra de todo creativo del marketing, si platicas con tu audiencia la conoces, si analizas a tu audiencia la puedes predecir pero si logras hacer click con tu audiencia, te puedes convertir en el héroe de la película. La medalla de oro está al alcance de todos, para alcanzarla es indispensable hablar el idioma de la sencillez.
3. Todo tiene 48 horas de caducidad
Los errores cuestan, a quien los comete y al cliente; sin dinamitar esta frase sustancial, recuerda que en la era digital todo tiene 48 horas de caducidad. Haciendo reflexión rápida, hace un par de días hablábamos de Navidad, dos antes de Miss Colombia y dos atrás de Star Wars. En mi opinión el viejo proverbio “No hay mal que dure 100 años” debería reescribirse como “No hay mal que dure 48 horas”. Es de sabios diferenciar una crisis fugaz de una que cause estragos irreversibles.
Espero que este 2016 haya abundancia para todos ustedes; de no ser así, espero que haya ligereza para fluir ¡Feliz año nuevo!