Mentiría si dijera que no me preocupa México y su futuro, más aún cuando los síntomas apuntan más al hartazgo que al renacimiento o a la recuperación, como en las imágenes lo evidencian las negativas de pago al IVA que se dio por parte de muchos consumidores en diversas cadenas de autoservicio al final del 2013, lo que representa un abierto acto de desobediencia civil.

Lo anterior se menciona a la luz de que toda buena planeación debe partir de un análisis general de la situación de un país y el de México, por lo pronto, a muchos nos tiene cuando menos nerviosos, si no es que francamente alarmados.

El nivel de vida

En México a principios de la década de los 80, mencionar a países como España o Corea del Sur, podía considerarse que se trataban de dos naciones menos desarrolladas que nuestro país, con economías deprimidas y con carencias en todo lo esencial.
Ahora, a tan sólo 34 años de distancia, la nación oriental es una de las más modernas, dinámicas y progresistas del mundo, con un nivel de vida altísimo, y España, pese a la difícil situación por la que pasa, está inserta dentro de la economía europea y el nivel que ahora muestran en el ámbito de la innovación, la creatividad y el progreso científico, es notable, sin mencionar lo deportivo y lo artístico, de forma que son competentes en casi todos los ámbitos.
Queda claro que en esos países se hizo algo que acá no se ha hecho y habla mal del gobierno, pero también de los mexicanos en general.
Para evidenciarlo mejor, la siguiente infografía, publicada durante la última semana de diciembre, compara con toda claridad la paridad en el poder de compra de los consumidores de diversos países en contra del mismo parámetro de los EUA, en donde se sabe que España, Portugal y Grecia, no están entre laureles, pero el caso de México resulta trágico.

Este dato fue publicado en el Blog del Salmón, pero su autoría se debe a Lisa Mahapatra del International Business Times, con datos estadísticos extraídos de la OECD y lo que se deriva ha sido notable, en donde se evidencia que México es el último lugar entre las naciones que se analizan, mientras que al mismo tiempo se da un deslizamiento en el precio de la gasolina de 19 centavos y el gobierno emite propaganda en la que promete que con la reforma energética se pagarán combustibles más baratos, cosa que al darle el beneficio de la duda, recordamos que en el caso de la telefonía y la banca no ha sido el caso, pese a que se vendió de la misma manera.

Los estados sin Estado

La situación en el interior de la república enseña cada día más lo que ya hace varios años los analistas políticos y económicos describían como un “Estado ausente” (ingobernabilidad o ineficiencia de las instituciones de la administración pública por atender las necesidades de la población), todavía hace un año sonaba a exageración, ahora ya no.
Durante 1997, a dos años del alzamiento zapatista, una visita a la sierra sur de Oaxaca implicaba asistir a un lugar de absoluto abandono de la población, en donde si acaso las Iglesias (católica o evangélica) eran las únicas instituciones con cierta representatividad, con los costos sociales que ello implica en términos del control natal (no resulta positivo ver a una madre soltera con cinco criaturas por alimentar).
Así, de las profundas carencias se obtiene un caldo de cultivo perfecto para la frustración social e individual, cuyas válvulas de escape han sido el crecimiento de las adicciones (incluidos los índices de obesidad), la migración, la informalidad de la economía, el engrosamiento de las filas del crimen organizado y durante el último año, manifestaciones abiertas de insurgencia en diversos estados del país.

En la siguiente entrega, se profundizará en el tema del crimen organizado, de las distintas formas de insurgencia que han aparecido, así como de los efectos sociales desencadenados por las reformas puestas en marcha por el gobierno federal y finalmente, se tratará de elucubrar una serie de ejemplos que desde la virtud le permita a los comunicadores, mercadólogos y publicistas influir positivamente en el rumbo del país.