El mundo tiene un amorío con la cirugía plástica y México está entre los países en los que más se practica este tipo de procedimientos. Con 706 mil 72 durante 2014, nuestro país ocupa el quinto lugar en la lista realizada por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con dicha institución, el procedimiento cosmético más practicado a nivel global durante el mismo año fue la cirugía de párpados, con 1 millón 427 mil 451 cirugías; le siguen la liposucción, el aumento de senos, las inyecciones de grasa y las rinoplastías.
El mercado de la cirugía plástica y cosmética es muy redituable. Durante el año pasado, sólo en los Estados Unidos, las personas gastaron 7 mil 500 millones de dólares.
El éxito de esta industria radica principalmente en una cultura que desprecia la diversidad de los cuerpos y en cambio establece un único modelo como aceptable, creando en las personas que no encajan en ese molde una necesidad e incluso una angustia por sentir que pertenecen al modelo “aceptable”.
Se trata de una tiranía que se ejerce casi sistemáticamente sobre las mujeres y que ha sido impulsada, reproducida y difundida durante años por la publicidad. Aunque recientemente hemos visto algunos cambios importantes en la actitud de la industria, así como de los anunciantes que están ampliando su base de consumidores, la norma sigue siendo ver cuerpos que en nada se parecen a la realidad como prototipo de la felicidad, el éxito y la fortuna.