Suena fuerte, pero así es. Si México hubiera tenido un mejor desempeño al gestionar la pandemia de Covid-19 en 2020, se habrían evitado alrededor de casi 190 mil muertes por todas las causas, afirmó el Institute for Global Health Sciences sobre la respuesta de nuestro país ante la emergencia sanitaria por la nueva enfermedad.
En lo anterior hay una frase que debe llamar nuestra atención de manera particular, “todas las causas”, donde se incluyen las provocadas por otras afecciones a las cuales no se les dio atención oportuna por la pandemia, de lo cual hablábamos en la entrega anterior.
Dicho estudio, cabe mencionar, fue realizado por un grupo de especialistas, a petición del panel independiente que la OMS puso en funcionamiento con el fin de analizar cómo han actuado tanto los países como el mundo en general frente a la crisis sanitaria global.
En una muestra de 39 países que dio a conocer el organismo, México ocupa el cuarto lugar en exceso de mortalidad, con alrededor de 43% más de muertes en 2020 de lo que se hubiera esperado, con respecto al promedio de 2018-2019 en condiciones habituales, sin emergencia por Covid. El estudio de caso será publicado por la OMS en los próximos días, y ahí, se indica que las cifras oficiales de las autoridades de México reportan un exceso de 326,609 muertes en 2020, que se traduce en 2.6 veces el número de fallecimientos confirmados por Covid-19 para el mismo periodo.
El resto de muertes refleja, sin duda alguna, el impacto indirecto de la pandemia en la mortalidad por la falta de seguimiento de la atención a otros padecimientos. Como aquí mencionamos, hubo muchas personas que dejaron de acudir a sus citas regulares con el médico, y por tanto, abandonaron sus tratamientos farmacológicos. A la par, hubo también falta de diagnósticos de los principales males que nos aquejan como país: diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, lo que amenaza con convertirse en una gran bola de nieve.
En este contexto, la Secretaría de Salud (SSA) alertó que a diciembre de 2020, el diagnóstico de desnutrición, afecciones cardíacas, cáncer de útero, diabetes y cáncer de mama se había reducido en 56, 45, 34, 27 y 20% respectivamente.
Lo cierto es que las fallas han sido muchas en el manejo de la pandemia, por ejemplo, no se aplicaron pruebas masivas para detectar la nueva enfermedad, y por tanto, no hubo seguimiento a los casos; se privilegió tener camas hospitalarias disponibles y no hubo una comunicación consistente sobre qué hacer en caso de contagio -por lo cual muchas personas murieron en su casa, sin haber tenido atención médica-, y en un tema del cual hemos escrito mucho en este espacio: la ausencia del buen ejemplo en el uso de cubre nariz y bocas como una medida generalizada.
Para concluir, este estudio pone el foco en un punto crucial: el órgano más importante de coordinación de la salud, el Consejo General de Salubridad (CGS), permaneció relegado a un papel secundario. En otras palabras, las decisiones fundamentales de salud pública no fueron sometidas a supervisión de este organismo, ni consultadas con diversos especialistas. En suma, un desastre el manejo de la pandemia en nuestro país.
¿Cuántos protocolos de investigación clínica existen en México?
En el marco de la tradicional conferencia vespertina sobre Covid-19, la directora de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades no Transmisibles, de la Secretaría de Salud (SSA), Gabriela Nucamendi Cervantes, reconoció desconocer el número de protocolos de investigación realizado en nuestro país, pero a través de la Coordinación Nacional de Institutos Nacionales se lleva la batuta de los protocolos que actualmente se encuentran activos a nivel nacional. Pero en los próximos días, la SSA dará a conocer cuántos protocolos se encuentran activos actualmente en el territorio nacional.
Recordemos que los institutos nacionales de alta especialidad llevan a cabo protocolos de investigación, los cuales están en diferentes áreas, como materia del tratamiento, manejo de pacientes, secuelas por el Covid-19 y otros, que permiten a la comunidad médica del instituto o sector, generar prácticas basadas en evidencia para constatar qué medicamentos son los mejores para los pacientes.
En el caso de las empresas farmacéuticas, son ellas mismas -a través de terceros autorizados, como las CROS -compañías que hacen investigación clínica por contrato, aglomeradas en ACROM en nuestro país-, quienes aplican protocolos activos y están obligadas por ley a publicarlos en sus páginas oficiales.
Los protocolos sirven para emitir recomendaciones, basadas en evidencia, las cuales son conocidas por la comunidad médica que atiende al resto de la población mexicana, que a final de cuentas serán los de mayor beneficio, porque se trata de preservar su salud.
En suma, los proyectos de investigación tienen que ser con determinados estándares de calidad dependiendo de los objetivos, y un protocolo de investigación no puede llevarse a la práctica sin una debida revisión de lo que se pretende hacer, por comités de investigación, de ética y de bioseguridad que ya han sido previamente validados.
El botiquín
México tiene ya alrededor de 2.3 millones de casos confirmados de Covid-19 y casi 210 mil personas fallecidas por Covid-19, por lo cual no debemos bajar la guardia. Estamos a la espera del tercer repunte, porque así ha sucedido en otras latitudes, y este puede ser peor que los dos anteriores. Por ello es probable que en estos días empecemos a ver cómo cambia la curva de contagios después de las vacaciones de Semana Santa y Pascua. Si puede, permanezca en casa, pero si sale, no olvide mantener la sana distancia y usar siempre el cubre nariz y boca.