Los profesionales encargados de buscar candidatos para una plaza de empleo, usualmente utilizan el CV para determinar si se está calificado para un trabajo y luego en la entrevista se decide si la persona es la adecuada. Por ello, los candidatos se toman el proceso con seriedad, visten de forma adecuada, llegan puntuales y responden a las preguntas con la mejor disposición.
Notas relacionadas:
¿Cómo comunicar tus habilidades ‘secundarias’ en una entrevista de trabajo?
4 preguntas que a muchos molestan en una entrevista de trabajo
Entrevista a jugador de futbol americano de secundaria se vuelve viral por su entusiasmo
Pero no todo depende de cumplir con lo anterior, pues numerosos detalles, que pueden parecer absurdos, llegan a influir en la decisión de los reclutadores, como explican desde Trending Newsroom, hasta el punto de poder perder la posibilidad de ser elegido, a pesar de tener las cualificaciones necesarias.
1. Hora de la entrevista
Según el portal de empleo Glassdoor, el martes a las 10:30, es el mejor momento para pactar una entrevista. Las personas se muestran más productivas es día de la semana y no sienten prisa cuando entrevistan a los candidatos. Es suficientemente tarde para que el entrevistador haya tenido tiempo de revisar su emails y tareas pendientes, tomar un café y estar listo para la llegada del candidato.
Así mismo, lo menos deseable es ser el último candidato de las entrevistas de ese día, porque existe la gran posibilidad de que su entrevistador no le brinde toda la atención que merece el candidato, pues tendrán en mente también otras actividades, como finalizar con sus obligaciones, llegar a casa, o ir a la siguiente reunión, por citar ejemplos.
También se recomienda evitar ser entrevistado justo antes o después del almuerzo, porque puede que el entrevistador dé menos tiempo antes o haga esperar más tiempo al candidato después.
2. El clima el día de la entrevista
Un estudio de la Universidad de Toronto, llevado a cabo por los investigadores Donald Redelmeier y Simon D. Baxter encontró que quienes aplicaban a la Escuela de Medicina se desempeñaban peor en la entrevista cuando el día era lluvioso, en comparación con los días soleados.
Según los resultados de esta investigación en la que participaron 3.000 personas (en un periodo de 6 años), el mal tiempo restó a los candidatos un 10 por ciento de posibilidades en el test de admisión, frente a los que se entrevistaron con buen tiempo.
3. Cuán temprano llegues
Aún cuando se piense que crea muy buen impresión el llegar antes, si se arriba demasiado con demasiado tiempo de antelación a la cita, puede que afecte de forma negativa las posibilidades de quedarse con el puesto.
La autora y experta en telas laborales Lynn Taylor, señala que es muy positivo llegar unos minutos antes, pero llegar mucho tiempo antes delata ansiedad y pone presión en el entrevistador. Si se llega antes, esperar fuera del edificio, en el coche o en una cafetería puede ser una buena opción, incluso para organizar las ideas.
4. Que los rivales más fuertes se entrevisten el mismo día que tu
Puede que sea difícil de saber cuando será entrevistado tu competidor más fuerte, pero si tienes la información y se puede, lo ideal es cambiar la entrevista para un día diferente. Básicamente según un estudio reportado en the journal Psychological Science, la idoneidad de un candidato viene dada por el resto de rivales a los que se enfrente.
Los entrevistadores evitan juzgar a demasiados o pocos candidatos en un mismo día, pues se crea un bias en contra de la gente que se presenta el mismo día que van los candidatos fuertes.
La buena noticia es que ese bias dura en los entrevistadores un solo día, pues la mente compara los candidatos de cada periodo por separado (en ese caso un día) por lo que ayudará si la entrevista se realiza el día en el que los candidatos no son tan ‘fuertes’.
5. Sentirse poderoso
No se trata sólo de sentirse competente y confiado, sino de sentirse poderoso y capaz. Si los nervios no dejan que antes de una entrevista, este sea el estado de ánimo, existen soluciones rápidas para cambiarlo.
Basta con probar una de las poses de poder que propone la profesora de Harvard Amy Cuddy durante dos minutos. Sólo hay que pararse con los brazos abiertos y elevados en V con la barbilla en alto.
según Cuddy, esta posición eleva la capacidad de pensamiento crítico, la tolerancia al riesgo y los niveles de testosterona, que es la hormona dominante a la hora de hacerte sentir confiado y poderoso. De esta forma se puede ser más asertivo durante la entrevista, además de ayudar a aceptar las críticas de mejor manera y se más entusiasta y agradable en el encuentro.
Lo ideal es hacerlo antes del encuentro, en soledad, para poder percibir los cambios en la química corporal.
Continuará…