A medida que Internet y las nuevas tecnologías avanzan sobre cada una de las actividades de la vida cotidiana, los análisis positivos sobre las bondades de estos cambios han ido mutando.
Cada vez más se suman voces que no comparten con optimismo muchos de los estos logros, toda vez que se enmarcan en una concentración de poder dominado por unas pocas Big Tech. De hecho, advierten que ya están superando en poder a los propios gobiernos de todos los países, incluso el onmipresente Estados Unidos.
En ese contexto, destaca este artículo de la periodista y especialista en temas de tecnología Elizabeth Kolbert, que escribió para The New Yorker un artículo llamado “Who Owns the Internet?” y que habla del poder de monopolio de las Big Tech y su influencia sobre la cultura.
Gran parte de los argumentos de Kolbert se basan en dos libros, que por cierto recomienda leer. Uno es “Move Fast and Break Things: How Facebook, Google, and Amazon Cornered Culture and Undermined Democracy”, de Jonathan Taplin. Y el otro es “World Without Mind: The Existential Threat of Big Tech”, de Franklin Foer. Estos son algunos de los párrafos más destacados.
- “Al igual que en los años setenta, estamos en medio de una revolución tecnológica que ha alterado el flujo de información. Sólo unas cuantas compañías han tomado el control, y esta concentración de poder –la que los estadounidenses han aceptado sin siquiera tener la intención de hacerlo, simplemente haciendo clic– está subvirtiendo la democracia”.
- “Hace 30 años, casi nadie utilizaba Internet para nada. Hoy, casi todo el mundo lo usa para todo. Sin embargo, aunque la Web ha crecido, se ha reducido. Google controla casi el 90 por ciento de la publicidad en búsquedas, Facebook casi el 80 por ciento del tráfico social móvil y Amazon cerca del 75 por ciento de las ventas de libros electrónicos”.
- “La dominación es esencialmente monopolista. Los nuevos monopolios son aún más poderosos que los antiguos, que tendían a limitarse a un solo producto o servicio”.
- “Hay mucho daño, tanto deliberado como colateral, que las Big Tech están causando”.
- “Google no piratea la música; no tiene que hacerlo. Vende tráfico y algo igual de importante: los datos sobre el tráfico”. Google está en la industria extractiva. Su modelo de negocio es extraer tantos datos personales de tantas personas en el mundo al menor precio posible y revender esos datos a tantas empresas como sea posible al precio más alto que pueda”.
- “Google beneficia de todo: de videos de gatos, de decapitaciones, de todo”.
- “Las empresas de tecnología están destruyendo algo precioso: han erosionado la integridad de las instituciones –medios, editoriales– que suministran el material intelectual que genera el pensamiento y es la guía de la democracia. Su activo más preciado es nuestro activo más preciado: nuestra atención, y han abusado”.
- “Con Google Libros, Google se propuso subir cada libro creado y hacerlos disponibles en línea, sin molestarse en consultar a los titulares de los derechos de autor. Los periódicos y revistas han intentado interrumpir a estos disruptores colocando artículos sólo accesibles en cuentas de pago, pero en la disputa de las editoriales con las Big Tech no se puede ganar. La pelea es demasiado desequilibrada. Cuando los periódicos y revistas usan suscripciones, Google y Facebook los ‘entierran’ en las búsquedas. Los artículos protegidos por páginas de pago casi nunca tienen la popularidad que los algoritmos recompensan”.
- “Es la edad de oro de la banalidad y Donald Trump representa la culminación de esta tendencia. La campaña de Trump consistía en afirmaciones vacías e indignantes. Aunque sus afirmaciones no merecían ser tomadas en serio, muchos las publicaban porque tenían ese codiciado ‘algo viral”.
- “Se suponía que Internet era una bendición para los artistas, que se eliminarían los dueños de la cultura –los grandes estudios y las compañías discográficas, se suponía que Silicon Valley sería es una fuerza liberadora, el agente disruptivo que rompería con la mediocridad esclerótica y autoperpetuadora. Pero no. La revolución de Internet, de hecho, echó a esos jefes, y puso a otros que tomaron su lugar: Google, Amazon, Facebook y Apple, el grupo GAFA. Y lo peor: en lugar de ser más igualitarios, es al revés”.
- “Es mucho más fácil arreglar una elección en estos días que en 1876, y mucho más difícil para cualquiera saberlo. Todo lo que las empresas de Big Tech tendrían que hacer es jugar con algunos algoritmos. Se han convertido en los guardianes más imponentes de la historia humana”.