Desde redes sociales, el soldador estadounidense Antoine Dangerfield hizo pública la renuncia masiva de un grupo de más de 100 trabajadores -la mayoría de origen mexicano- quienes eran empleados en la construcción de una planta de la empresa de mensajería UPS, luego de que cinco de sus compañeros fueran despedidos de manera injustificada por su superior que es acusado de expresar reiteradas actitudes racistas.
El caso, que sucedió en Indianapolis, rápidamente fue retomado por medios locales, mismos que hicieron eco de la solidaridad entre los trabajadores, la cual se refuerza con la voz del autor del video de denuncia que indica “ellos (la empresa) pensaron que podían jugar con estos ‘amigos’ y ellos respondieron mostrando que están en esto juntos. Se están yendo y no bromean”.
Esta declaración se suma a la explicación dada en el material, en donde el autor asegura que el responsable de renuncia masiva es el director de seguridad de la compañía quien desde que inició el proyecto mostró en repetidas ocasiones actitudes racistas y despectivas en contra de los trabajadores mexicanos.
De igual manera, se explica que el día de la confrontación, dicho director del cual se desconoce su nombre pidió a uno de los obreros mexicanos que fungiera como traductor de un tercero; por alguna razón, el trabajador se negó a cumplir la petición y eso provocó su despido así como de cuatro compañeros más. Lo siguiente fue la renuncia de más de 100 trabajadores en muestra de solidaridad.
En entrevista con la revista local Jacobin, Dangerfield afirmó que fue despedido después de publicar el video de la renuncia masiva en redes sociales, al tiempo que detalló que representantes de UPS le ofrecieron 250 dólares para que borrará el material de su cuenta personal de Facebook.
El rol de un líder, por grande o pequeño que este sea
Perder en un día a cinco empleados puede no significar tanto como perder a más de 100. La gran lección es lo importante que resulta elegir líderes con las capacidades adecuadas para gestionar equipos, más allá de los conocimiento necesarios para responder a diversas tareas.
Recordemos que los hallazgos de ResearchGate, los cuales indican que la tasa de fracaso ante los cambios dentro de una empresa va de entre 70 y 90 por ciento, en donde la investigación cita el factor humano como la razón principal del fracaso.
Para las empresas, cubrir sus puesto de liderazgos ahora es una acción mucho más estratégica. No basta colocar al de mayor experiencia o al que tiene mayor antigüedad en la compañía. Aunque estos dos aspectos tienen peso, no garantizan que el candidato represente los valores que la empresa desea transmitir, asunto que hoy por hoy es vital para tener al mejor talento y retenerlo así como cautivar al consumidor final.
Para muestra, basta con reconocer los resultados de un estudio firmado por Weber Shandwick indica que casi la mitad de millennials (47 por ciento) cree que los CEO’s de las empresas tienen la responsabilidad de hablar sobre los temas que son importantes para la sociedad, al tiempo que el 51 por ciento dijo que prefieren comprar productos de las compañías que son conducidas por líderes activistas.
La tendencia se replica en el terreno laboral. Cuando se trata de reclutar talentos, más de cuatro de cada diez millennials (44 por ciento) afirman que serían más leales a una organización empleadora si el CEO de la misma demuestra una posición pública frente a un tema de interés social; la cifra contrasta con el 19 por ciento de quienes afirmaron que serían menos leales ante esta situación.