Cuando aparecen en los medios noticias sobre avances de la tecnología, no sé por qué, me queda una rara sensación de agradecimiento. Como si siempre debiéramos estar agradecidos y satisfechos con los que se dedican a crear más y más cosas para sacarnos del atraso. Inexplicable. No sé si también les pasa. Lo cierto es que una última noticia de que habla de la actualización de Whatsapp me dejó ciertamente reflexiva.
El titular dice que ‘Whatsapp y Siri se alían para hacernos la vida más fácil’, así, literal. En el contenido nos explican que ahora va a haber una nueva función en la que Siri nos va a poder leer los mensajes que nos lleguen (imagino que para evitar nuestra fatiga). Recientemente también existe la opción de dictarle a Siri los mensajes y no escribirlos con nuestra propias manos. Si nadie nos ha escrito en un lapso, Siri nos puede recordar lo poco populares, queridos o necesitamos que somos. Asimismo, tiene la capacidad para describirnos los emoticones y nos va a decir hora y nombre del remitente. En fin, entiendo que puede ser útil si uno va manejando o está ocupado haciendo algo, pero tras saber de este nuevo favor que nos puede hacer Siri, la asistente de iPhone, me quedé muy pensativa. Y así, en esos viajes de la imaginación, sentí que yo no agradezco tantos y tantos avances, todo el tiempo, y algunos que nos dejan perplejos. Y lo que resulta peor, que empezamos a hacerlos parte de nuestras rutinas sin ni siquiera pensarlo, como hemos hecho robóticamente con cada aplicación, red o funcionalidad que aparece de repente.
Así es que, con un poco de humor, me puse en la tarea de imaginar 10 peticiones que realmente sí me gustaría hacerle a la señora Siri, a sabiendas que no da para tanto. Lo que yo quisiera pedirle a Siri es que:
1. Cite a la gente que quiero en las esquinas y en las heladerías y en los cafés y en los parques, y por supuesto me lleve a cumplir esas citas.
2 Que convierta los miles de videos inoficiosos, y por qué no decirlo, clichés, que me llegan al día en palabras genuinas de amistad y solidaridad.
3 Que al cierto tiempo de tener nuestras miradas clavadas en las pantallitas, nos lance agua a la cara para hacernos ver cómo nos damos el lujo de gastar el tiempo sin sentido.
4 Que cada cinco chats respondidos, me obligue a dar 5 abrazos o besos de verdad, antes de dejarme seguir chateando enfermamente.
5 Que me recuerde que desperdicio la magia contenida en innumerables libros que tengo apilados en mi buró.
6 Que no me deje sacar fotos cuando lo que debo hacer primero es apreciar la experiencia de “estar allí”. Luego la foto.
7 Que apenas abra los ojos me recuerde primero ver el cielo antes de las notificaciones de Facebook.
8 Que no nos lea los mensajes, que nos permita más bien ver a los ojos a quien los envía para saber si alguno de los dos necesita del otro para mitigar la soledad.
9 Que cuando desbloquee mi aparato mecánicamente, con la específica intención de… de… nada, Siri más bien me pregunte qué cosa de verdad útil podría hacer por alguien ese día.
10 Que no me haga la vida más fácil, ¡por favor! Ya vamos de narices al matadero de la estupidez. Más bien que nos la complique y nos imponga retos reales que no tengan que ver con ahorrar tiempo para nada, sino con vivirlo apasionadamente.