Internacional.- Según ha indicado Hans-Georg Häusel, experto en neuromarketing, entre el 70 y el 80% de las decisiones de compra se realizan de manera totalmente inconsciente y es por eso por lo que se podría decir que en el proceso de compra influirían las emociones.
Por tanto, toda marca o empresa, deberían tener en cuenta, en sus estrategias de comunicación y las distintas acciones a desarrollar dentro de ellas, estas emociones y, por tanto, encontrar un vínculo afectivo duradero con sus seguidores y clientes efectivos. Así, se podría decir que es una labor de branding el que la firma consiga que su comunidad sienta la marca y que los usuarios se sientan identificados dentro de tu organización, participando y contribuyendo, junto a la propia firma, al crecimiento cualitativo y cuantitativo de la misma.
Por tanto, a continuación, te vamos a presentar los 5 motivos emocionales que pueden contribuir a tus compras y que han sido determinados por Barry Feig, autor del libro Hot Botton Marketing. Estos motivos son los siguientes:
- Deseo de control: las personas están constantemente buscando el reconocimiento por parte de los demás y esto se puede conseguir a través del consumo de determinadas cosas.
- Pertenencia: muchos clientes adquieren servicios para sentirte parte de un grupo selecto o con su estilo de vida.
- Diversión: comprar genera felicidad (sea de manera consciente o no) y esto produce una sensación de éxtasis o diversión.
- Valores familiares: con la compra de determinados bienes, se espera el alcanzar un estereotipo compuesto por la felicidad, unión, compromiso y amor filial.
- Sexo: el sexo es un poderoso mecanismo emocional y se encuentra estimulado por diferentes áreas: pasión, deseo, tracción sexual y belleza.
Viendo todo esto, se podría decir que, hoy en día, lo importante es que las marcas vendan emociones y creen experiencias de compra. Esto, lo pueden conseguir a través de productos y servicios que lleguen a la mente del consumidor a través de emociones. Asimismo, es muy importante el conocer, en cada momento, qué necesidades y deseos tiene el consumidor y saber si nuestro producto o servicio cubre sus necesidades, para así saber cómo actuar.